Doce Uniandinos disfrutaron de una experiencia única en Tierra Alta Ecuestre, bajo la dirección de David, fundador del centro. El taller “Mejora tu relación con tu Caballo” atrajo a personas provenientes de diversos ámbitos, todos unidos por su amor y fascinación por estos animales.

Carolina Yepes, veterinaria equina, asumió el rol de instructora, guiándolos a lo largo de la jornada con su amplio conocimiento y pasión por los equinos. Desde propietarios de fincas hasta estudiantes de equitación, cada participante aportó una perspectiva única, enriqueciendo el intercambio de experiencias.

La diversidad profesional de los participantes, que incluía ingenieros, administradores, un médico y una historiadora, demostró el amplio alcance del interés por los caballos en la Comunidad Uniandina.

Las instalaciones de Tierra Alta Ecuestre los recibieron con calidez y funcionalidad, diseñadas para garantizar el bienestar tanto de los caballos como de las personas que interactúan con ellos.

La jornada incluyó lecciones fundamentales sobre el cuidado equino, desde la limpieza de los cascos hasta el cepillado del pelaje, proporcionando a todos los participantes herramientas prácticas para mejorar el cuidado de los equinos.

Una destacada demostración de doma racional con el impresionante Appaloosa llamado Joropo los dejó maravillados, transportánloss a escenas de películas con caballos. La valiente participación de Sharin, quien superó su miedo inicial a los caballos, inspiró a todos.

La sorpresa culminante llegó de la mano de David, quien demostró su vínculo único con su joven potro castaño, Chardonnay, al montarlo por primera vez. Un momento verdaderamente inolvidable, compartido con gratitud por todos los presentes.

A pesar de las inclemencias del clima, algunos participantes no pudieron resistirse a la oportunidad de montar a Peroni, un encantador caballo pinto, cerrando así la jornada con una experiencia emocionante y enriquecedora.

Como es costumbre en las actividades de Cabalgandes, se concluyó con un ameno almuerzo en Subachoque, donde los asistentes se pudieron conocer mejor y compartir experiencias, despidiéndose con la promesa de un reencuentro próximo.